Belleza y verdad

La simetría se encuentra en todas partes. Tanto en aquello que es fabricado por el hombre, como en la naturaleza. Está en nuestro cuerpo, en los animales, en las mariposas, en una estrella de mar, en un copo de nieve. También en el arte, en la arquitectura y en el diseño. Es habitual hallarla en patrones que se repiten en tapices, alfombras, empapelados, mosaicos, y en otras manifestaciones que a lo largo de la historia fueron creadas para sumar belleza y goce a la vida cotidiana.

En este proyecto retomo la idea del pattern (patrón) con imágenes que se reflejan y se multiplican generando nuevas formas, figuras y relaciones entre ellas. Solo los ojos son los que permitan develar el punto de partida, desovillar el hilo de la imagen. Quizás porque a través de ellos, junto el resto de los sentidos, percibimos el mundo. En esa percepción la simetría ocupa un lugar fundamental, es el orden frente al caos. Y es en el orden, donde encuentro mi espacio de libertad.

Una vez leí que Haroldo Conti le escribió una carta a su hijo Marcelo en la que le decía “Tienes que tener tu rinconcito en casa, encerrarte en él y construir ahí tu mundo.” Tengo el taller en mi casa y desde allí construyo el mío. Es la habitación que se encuentra en la mitad de la escalera que va a la terraza en un típico PH de Buenos Aires. Estas obras las pinté allí, sobre una mesa, imaginando que tejía pinturas sobre un telar de urdimbres infinitas.

Buceando en la web encontré un libro llamado “Belleza y verdad. Una historia de la simetría”. Del matemático y divulgador científico Ian Stewart. De allí tomé prestado el título para esta exposición. La belleza entendida en sus múltiples y diversas expresiones, y la verdad, no en términos absolutos, sino semejante a la franqueza y a la claridad. Y recordé el final de la carta que Conti le escribió a su hijo, donde decía: “Nosotros nacimos para las grandes cosas, sin despreciar a nadie. Para vivir en la luz y la verdad y la belleza.”

Laura Spivak, 2023.